Aquests dies de discursos rimbonvants, de desitjos fàcils de pronunciar i no tant de complir, d'enarborar la bandera de la pau, la concòrdia, l'amistat, la unió, he somniat estar dintre de la pell d'una persona amb prou poder com per, si volgués, poder canviar substancialment una relació ja massa malmesa. Al dirigir-me al poble, quan tothom esta pendent de tu per uns moments, ho faria més o menys així:
"Españoles: La consulta en Catalunya no se va a hacer. Y lo digo no como amenaza, si no como representante de la soberanía que las leyes vigentes marcan como indivisible. Ahora bien, también os digo que a partir de ahora nuestras relaciones internas han de ser revisadas a fondo para corregir graves errores ya incrustados en el ADN de España.
En primer lugar, quiero proponer al Govern de la Generalitat, elegido democráticamente, una serie de leyes, sencillas pero ecuánimes por las que Catalunya se pueda sentir, si bien no el a gusto que quisiera, tan ininjustamente tratada, según se puede comprobar históricamente a través de los años. Y lo voy a proponer des del privilegio de representante del partido político mayoritario del Estado. Como representante del mayor número de españoles, aunque esta mayoría nunca haya estado corroborada desde la propia Catalunya, detalle que aún tiene que dar más mérito a este paso.
Sin tener porque ser copia de algún otro acuerdo ya existente, voy a proponer una ley por la que Catalunya se comprometa a aportar a las arcas del Estado lo máximo que pueda, que desde el mismo ya se procurara alcanzar este máximo, pero después de que las propias necesidades sociales, políticas y culturales queden satisfechas, en el bien-entendido de que estas particularidades ya existen, y existían desde mucho atrás en el tiempo, y en la historia tanto particular como de la propia España, como la lengua que allí mayoritáriamente hablan y con la que el castellano/español no puede, ni tiene, si no que complementar su propia cultura, y de la que la de toda España ha de sentirse enriquecida.
Aprovecho para dejar la puerta abierta a cualquier otra parte de España que su ciudadanía, al igual que la catalana, crea que se pueda sentir tratada injustamente, que el trato que recibe del Estado no es equitativo con su aportación al PIB global, que lo haga evidente a través de su voto en las urnas. Hay tiempo, pero solo sin darnos, o quitándonos, poder político allí donde sea se podrá tener acceso a la oportuna revisión de cualquier caso en particular, en el bien-entendido de que todas y cada una son susceptibles de adaptación a la nueva realidad, en especial del concepto 'España'. Concepto que ha de ser respetado y enardecido desde dentro hacia afuera, no como obligación porqué así esta escrito.
Desde el partido mayoritáriamente votado quiero promover estas, y cualquier otra ley, que pueda acercar todos los pueblos de España convencido de que solo así se pueden conseguir objetivos importantes. De otra manera, ya se ha podido ver a través de los años, solo son caminos, más o menos paralelos, pero que nunca pueden encontrarse, con el potencial que de esta manera se desperdicia.
De la misma manera, voy a hacer llegar este escrito al representante del otro gran partido de ámbito estatal para que abandone la loable idea federalista, simplemente porque para poderlo materializar todas las partes a federarse deberían gozar de un mínimo de autosuficiencia, cosa que desgraciadamente no se contempla, y tampoco se trataría de reinventar el café para todos que nos ha llevado a donde nos ha llevado, que solo ha conseguido enquistar las diferencias ya existentes.
A él, y al resto de los representantes de los otros partidos políticos, les pediré que se adhieran a la idea, y seguidamente proponer en Comité Ejecutivo y Asamblea General de cada partido, la correspondiente aprobación para elevarla a ley. Ley que deberá ser cumplida en todos sus términos y en los plazos acordados, por lo que requeriremos un garante externo para que comprometa en firme a las partes.
Quiero, para acabar, pedir perdón a todos los españoles por como, unos y otros en el poder, hemos permitido enrarecer tanto el ambiente des de aquel día nefasto del 2010, en que el Tribunal Constitucional, a instancias del partido que yo presido, atentó contra el Estatut de Catalunya, que había estado aprobado por el Parlament de Catalunya y, retocado, refrendado por el pueblo catalán. Soy consciente de que este fue el origen de la situación de rechazo que hoy vive Catalunya, y de odio que vive España por no haber sabido explicar fielmente el problema.
Con estos deseos, que alguno se ha de plasmar en ley, quiero convencer a Catalunya y a los catalanes que en el fondo necesitan de España y de los españoles, al mismo tiempo que quiero concienciar a España y a los españoles que, en este caso aun en mayor medida, necesitan de Catalunya y de los catalanes y, que caray !, porque a partir de ahora mi principal preocupación és conseguir que estemos juntos de corazón, si no hermanados por la propia diversidad existente en España, y que todos hemos de respetar, si todos cómplices en objetivos para el desarrollo de cada uno y para el bien común".
Va, i em desperto tot satisfet de la feïna feta, encara que en tocar de peus a terra veig que qualsevol semblança amb el que podria ser, comença i acaba amb la barba blanca del personatge del somni i la meva.
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